Misterios Gozosos

Introducción

T.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

T.- Abre Señor mis labios, para alabar tu nombre y el de Tu Santa Madre.

T.- Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por ser tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en que en tu bondad y misericordia infinita, me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a ofender. Amén.

G.- Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles

R.- Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

G.- Envía tu Espíritu Creador

R.- Y renueva la faz de la tierra.

G.- Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén

El Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre,
Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.

Amén.

Las oraciones del decenario: cada Misterio, incluye un Padre Nuestro, diez Avemarías, un Gloria, una jaculatoria a María y la Oración de Fátima.

G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte.

G.- Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo,
R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,
R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.

T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén

Peticiones

Ofrecemos este rosario por...

1º La Anunciación del Angel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios.

"Entonces María dijo: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38)

Dios escoge por Madre a María, una jovencita de Nazaret, pura, santa, humilde y adornada de todas las virtudes. ¡Qué poco caso hace Dios de las grandezas humanas!
Procuraré ser limpio de corazón para agradar a Dios. Mantendré mi pureza y me impondré una fecha fija para mi confesión sacramental.

2º La visita de María Santísima a su prima Isabel.

"Y María entrando en casa de Zacarías, saludó a Isabel" (Lc 1, 40)
María estuvo tres meses en casa de su prima; y a pesar de que era Madre de Dios, sirvió a Isabel como una diligente empleada.
Prometo ayudar a mis semejantes siempre que pueda, tanto en lo espiritual como en lo material.

3º El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en el portal de Belén.

"Y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre" (Lc 2, 7)

Jesús nos da un ejemplo de humildad contra la vanidad y soberbia de la vida; de pobreza contra el hambre insaciable de riquezas; de mortificación contra el desmesurado afán de delicias.

Prometo llevar con resignación las penas, incomodidades y tribulaciones que deba sufrir, por amor a Jesús que quiso sufrir por mi desde el momento de Su nacimiento.

4º La purificación de María Santísima y la presentación de Su Hijo en el Templo de Jerusalén.

"María y José llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor" (Lc 2,22)

¿Por qué nos excusamos con tanta facilidad cuando se trata de cumplir con nuestros deberes ?

Cumpliré con mis obligaciones sin rebeldía, considerándome criatura de Dios. Acataré las leyes de la Iglesia de Jesucristo, a la que pertenezco.

5º María y José encuentran a Jesús en el Templo, después de tres días.

"Después de tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores." (Lc 2, 46)

La Sagrada Familia fue al Templo según su costumbre. ¿Tenemos nosotros esta costumbre de ir al Templo por lo menos los días mandados? Encontraron a Jesús en el Templo donde se quedó para demostrar que los hijos tienen voluntad de seguir su vocación y que los padres no deben oponerse a ella.

Guardaré siempre el respeto al Templo, Casa de Dios. Procuraré ayudar a los demás a tener devoción a la Iglesia.

Al terminar el 5° Misterio

G. Por las intenciones del Santo Padre, rezaremos un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria.
T. Padre Nuestro, que estás en el cielo...
T. Dios te salve María, llena eres de gracia...
T. Gloria al Padre...

G. Dios te salve María, Hija de Dios Padre, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia..

G. Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia...

G. Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia...

G. Dios te salve María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin culpa original, llena eres de gracia...

T. Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén

Letanías

Señor, ten piedad de nosotros
Cristo,ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo óyenos,Cristo óyenos
Cristo escúchanos,Cristo escúchanos

Dios Padre celestial,ten piedad de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios

Santa María, Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,

Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre virginal,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,

Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,

Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,

Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina elevada al cielo,
Reina del santísimo rosario,
Reina de las familias,
Reina de la paz,

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Oremos:
Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus sievos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor.

Amén